Mito 12 Los adultos mayores no pueden cuidarse solos
Es una idea sumamente común pensar que los adultos mayores no puedan estar sólos o que no puedan valerse por sí mismos. Afortunadamente, esto ocurre con mucha menor frecuencia de lo que pensamos. No obstante, para entender mejor por qué tenemos esta percepción del envejecimiento, debemos comenzar por definir el concepto de “discapacidad”. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salúd (OMS), la discapacidad se refiere a cualquier restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para el ser humano y puede ser permanente o temporal. A la vez, la discapacidad puede presentarse no sólo como una afección psicomotriz, sino también sensorial o exclusivamente mental. En cuanto a su incidencia, es sabido, que esta tiende a incrementar conforme aumenta la edad de una población, pues se asocia a la presencia de mayor cantidad de enfermedades simultáneas (comorbilidades) y también a la existencia de desenlaces adversos secundarios a algún tratamiento médico o alguna intervención específica (una cirugía, un internamiento, un tratamiento prolongado, etc). Ahora bien, a pesar de lo anterior, no podemos dejar de recalcar que la discapacidad no es sinónimo de envejecimiento.
La discapacidad no es sinónimo de envejecimiento.
Existen dos grandes vicios de la sociedad hacia los adultos mayores y de los que ellos mismos, sin saberlo, son partícipes, pues consideran que es “normal”, lo cual condiciona que se fomente la discapacidad en los adultos mayores.
El primero de ellos es la sobre contención. Esto se refiere a cuando los familiares y cuidadores de un adulto mayor lo cuidan (“contienen”) de más o de manera excesiva. Generalmente se traduce en la restricción gradual (o súbita) de actividades que los familiares y cuidadores (y hasta los médicos) consideran inapropiadas, peligrosas o simplemente “innecesarias” para el adulto mayor. Algunos ejemplos son cocinar, realizar los cuidados del hogar, manejar un auto, manejar sus finanzas o realizar sus compras, pero puede aplicar a cualquier ámbito de la vida personal o laboral. Lo que debemos saber de esto es que la mayoría de las veces la contención es innecesaria y además suele causar daño emocional al adulto mayor, favoreciendo que se sientan inútiles y deprimidos. Esto a su vez es un factor de riesgo para que desarrollen algún tipo de demencia o deterioro cognitivo, pues dejan de estimular su mente y se convierten en personas muy pasivas. Para evitar estas consecuencias negativas, debemos de tomarnos el tiempo de observar y resaltar las actividades que los adultos mayores aún pueden hacer, así como las actividades que aún quieren hacer. Con esta información se les puede ayudar a realizar la mayor cantidad de actividades posibles, pero manteniendo siempre la autonomía de la persona, sin que esto ponga en peligro su vida.
La mayoría de las veces la contención es innecesaria y además suele causar daño emocional al adulto mayor, favoreciendo que se sientan inútiles y deprimidos.
El segundo tema es el viejismo, que se refiere a la discrminación hacia los adultos mayores sólamente por su avanzada edad. La discriminación traduce en tratos diferentes, ocasionalmente con actitudes condescendientes, pero llegando hasta actitudes francamente hostiles. La sociedad misma fomenta ideas negativas hacia la vejez, teniendo la idea de que para sentirse bien es necesario ser joven. Al estar presentes la sobre contención y el viejismo generamos mayor dependencia en los adultos mayores, apoyando la idea errónea de que envejecer significa ser inútil o depender de alguien más.
Los Geriatras y los médicos con formación avanzada en Gerontología, podemos llegar a utilizar diversas escalas e índices para ayudarnos a determinar el grado específico de discapacidad que puedan presentar los adultos mayores, así como el grado de independencia que mantienen a pesar de sus capacidades diferentes. Comúnmente evaluamos lo que se conocen como las Actividades de la Vida Diaria (AVDs) que pueden hacer sin ayuda. Algunas de estas actividades son aspectos básicos de autocuidado, tales como comer, levantarse de la cama, bañarse, vestirse o usar el sanitario, pero también incluyen actividades más complejas como lavar la ropa, manejar sus finanzas personales, realizar compras, usar un teléfono, realizar quehacer doméstico, conducir un automóvil o utilizar transporte público. Adicionalmente, podemos profundizar en la evaluación de su manera de caminar, su fuerza física, su equilibrio, su resistencia muscular y su riesgo de presentar caídas, entre diversas consideraciones más.
Una vez realizada esta evaluación, podemos crear sugerencias específicas y establecer el grado de apoyo que pueda necesitar una persona mayor para recuperar lo más posible su funcionalidad. Esto se conoce como el potencial rehabilitatorio y es un elemento clave para indicar fisioterapia o para permitir la realización de actividades cotidianas sin ayuda.
En resumen, no podemos partir de la suposición de que una persona mayor no pueda cuidarse sóla, únicamente por su edad, pero si tenemos la duda, siempre podemos pedir la valoración especializada de un especialista en Geriatría para que nos aclare qué tanto puede hacer y también para que nos recomiende estrategias para preservar su funcionalidad al máximo.
Sobre la autora
La Dra. Itzel Poblano Aguilar es Geriatra certificada, egresada del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y Médico Tratante de Lyptus Medical.
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Fuentes
Gutiérrez Robledo LM, Kershenobich Stalnikowitz D. Propuesta para un plan de acción en envejecimiento y salud.; 2015. Accessed March 27, 2023. http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/publicaciones/Prop_Plan_Accion_Envejecimiento_Salud.pdf
Organización Mundial de la Salud: OMS. Década de Envejecimiento Saludable 2020-2030. www.who.int. Published December 14, 2020. Accessed March 27, 2023. https://www.who.int/es/publications/m/item/decade-of-healthy-ageing-plan-of-action?sfvrsn=b4b75ebc_25