Mito 14 Los adultos mayores son enfermizos

                                                                   

Muchas veces hemos escuchado en los medios de comunicación frases como “el envejecimiento es una enfermedad”, o frases como “para qué llegar a viejo si sólo te enfermas, eres un achacoso, tienes que usar lentes, bastón o dentadura”, “no quiero ser una carga para mis hijos”, entre muchas otras más. Sin embargo, como hemos mencionado a lo largo de esta serie de artículos, envejecer NO es una enfermedad. 

El problema es que la mayor parte de la gente desconoce que, en realidad, hay tres diferentes tipos de envejecimiento. Al que todos aspiramos es el envejecimiento saludable, el cual se define como un proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional, permitiendo el bienestar en la vejez. Pero, ¿qué es la capacidad funcional? 

Hay tres diferentes tipos de envejecimiento. Al que todos aspiramos es el envejecimiento saludable. 

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la capacidad funcional se refiere al conjunto de atributos relacionados con la salud que permiten a una persona ser y hacer lo que es importante para ella, tomando en cuenta su capacidad intrínseca, es decir sus genes, sus enfermedades, sus comportamientos, y los cambios que estos han condicionado en su cuerpo a lo largo de su vida, así como las características del entorno (vivienda, dispositivos de asistencias, transporte, instalaciones sociales). Todos estos elementos se combinan para determinar en cada persona la capacidad de movilizarse y satisfacer las necesidades básicas de la vida, así como para seguir aprendiendo, creciendo, tomando decisiones, al igual que creando y manteniendo relaciones sociales. 

Con base en a lo anterior, se distinguen tres trayectorias de envejecimiento, la primera trayectoria sería la óptima, en la cual la capacidad intrínseca permanece alta hasta el final de la vida; la segunda trayectoria es interrumpida por un acontecimiento que provoca disminución de la capacidad (como una neumonía o una cirugía), seguida de cierta recuperación. Finalmente, existe la trayectoria con deterioro, en la cual la capacidad disminuye de forma constante hasta llegar a la muerte, como cuando hay la presencia de un infarto cerebral y no hay una recuperación adecuada. 

Cabe destacar que a partir de la tercera trayectoria se pueden encontrar a un grupo de personas que están en mayor riesgo de presentar desenlaces cada vez más adversos, inclusive ante eventos patológicos menores. Estas personas presentan una condición que hoy en día se denomina fragilidad y que constituye el motivo principal por el que las personas consideran que todos los adultos mayores son enfermizos. Esta condición es muy llamativa, pues hace que las personas que la padecen se vuelvan delgados, débiles y hasta depresivos, además de enfermizos. Típicamente son personas que llegan a presentar algún grado de dependencia para sus actividades diarias y representan un estado de salud que todos tememos padecer. Por esta razón, su recuerdo persiste en nuestras mentes por mucho tiempo y da la impresión errónea de que hemos visto muchas personas así, cuando en realidad su prevalencia es sumamente baja, oscilando entre el 7 al 12% en los mayores de 65 años. 

Estas personas presentan una condición que hoy en día se denomina fragilidad y que constituye el motivo principal por el que las personas consideran que todos los adultos mayores son enfermizos. 

Afortunadamente, la fragilidad no aparece de la noche a la mañana. Es un proceso que tarda meses o hasta años en desarrollarse, como consecuencia de un deterioro en varios sistemas fisiológicos a diferentes velocidades, pero de manera simultánea. Las personas que viven con esta condición tienen una creciente demanda de servicios médicos y por ello es común verlos en los hospitales y clínicas. Sin embargo, es un estado que se puede prevenir y también tratar.

Para prevenirlo, lo único que se debe hacer es mantener un estilo de vida saludable, pero a lo largo de TODA la vida. En este sentido, las dos principales recomendaciones son hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada. Después de eso, es recomendable acudir periódicamente a consultas de tipo preventivas con algún médico de su confianza durante su juventud y con un especialista en Geriatría al alcanzar los 60 años. 

Lo único que se debe hacer es mantener un estilo de vida saludable, pero a lo largo de TODA la vida. En este sentido, las dos principales recomendaciones son hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada. 

Ahora bien, cuando ya se ha determinado que el adulto mayor cumple con el fenotipo de fragilidad, es importante recalcar que sí es posible revertir ese estado. Para ello se requiere evaluar lo que se conoce como el “potencial rehabilitatorio”. Esto es un indicador pronóstico de cómo se desempeñará la persona mayor dentro de un programa estándar de rehabilitación que valora el nivel de salud previo y el tiempo que ha pasado con fragilidad o discapacidad, pero tomando en cuenta su motivación, cooperación, estado cognitivo, sus  complicaciones médicas y hasta el apoyo familiar que tiene para poder recuperarse. Una vez establecido qué tanto se puede esperar de mejoría, entonces se requiere un equipo interdisciplinario de profesionales de la salud (médicos, fisioterapeutas, nutriólogos, psicólogos) para tener la mayor probabilidad de éxito.

Se requiere un equipo interdisciplinario de profesionales de la salud (médicos, fisioterapeutas, nutriólogos, psicólogos) para tener la mayor probabilidad de éxito.

Como siempre, no podemos dejar de recalcar que todo empieza con la Valoración Geriátrica Integral para que se pueda saber si la persona ha mantenido un envejecimiento saludable o si es necesario alguna o varias intervenciones específicas que la ayuden a recuperar su trayectoria. Y recuerden: nunca es tarde para empezar a vivir saludablemente. Tan sólo hay que dar el primer paso.


Sobre la Autora

La Dra. Elisa Arenas Solís es geriatra certificada, egresada del Instituto Mexicano del Seguro Social y con un Diplomado en Tanatología por parte del Instituto Mexicano de Tanatología. Actualmente es  Médico Tratante de Lyptus Medical.

https://www.linkedin.com/in/elisa-arenas-sol%C3%ADs-03025b249


Fuentes

  1. Cesari M, Calvani R, Marzetti E. Frailty in Older Persons. Clinics in Geriatric Medicine. 2017;33(3):293-303. doi:https://doi.org/10.1016/j.cger.2017.02.002

  2. Clegg A, Young J, Iliffe S, Rikkert MO, Rockwood K. Frailty in elderly people. The Lancet. 2013;381(9868):752-762. doi:https://doi.org/10.1016/s0140-6736(12)62167-9

  3. .Cowley A, Goldberg SE, Gordon AL, Logan PA. Rehabilitation potential in older people living with frailty: a systematic mapping review. BMC Geriatrics. 2021;21(1). doi:https://doi.org/10.1186/s12877-021-02498-y

WhatsApp