Mito 9 Los adultos mayores se fracturan con facilidad
La creencia de que los adultos mayores tienen huesos frágiles proviene de un desconocimiento generalizado influenciado por ideas estereotipadas sobre la osteoporosis. Si bien, esta entidad es un trastorno común en personas mayores que puede aumentar el riesgo de presentar fracturas, es completamente prevenible y tratable.
La osteoporosis surge como consecuencia de la pérdida de calcio en los huesos, misma que provoca disminución en su densidad, volviéndolos más quebradizos. La densidad ósea normal llega a su pico máximo entre los 20 y los 30 años de edad y posteriormente comienza una tendencia gradual (pero prevenible) hacia el descenso.
Los motivos para que disminuya la densidad mineral ósea son muy variados y las causas más frecuentes son: nutrición deficiente en calcio y vitamina D, falta de ejercicio, así como el consumo de alcohol y tabaco. Para el caso de las mujeres, una causa adicional es provocada por la menopausia, en donde la falta de estrógeno circulando en la sangre provoca un incremento en la reabsorción del calcio de los huesos y esto activa una pérdida acelerada de la densidad ósea. No obstante, el descenso de la densidad ósea no ocurre de manera homogénea en todas las personas y a pesar de ser una entidad que aumenta su presencia con la edad, no se puede, ni debe considerar una enfermedad que esté causada por la edad.
A pesar de ser una entidad que aumenta su presencia con la edad, no se puede, ni debe considerar una enfermedad que esté causada por la edad.
En el contexto clínico, la osteoporosis se puede diagnosticar a través de la realización de una Densitometría Ósea (que se suele abreviar como “DMO”), la cual permite identificar de manera precisa la enfermedad y clasificarla por su severidad o si se encuentra en etapa preclínica, es decir la etapa que requiere tratamiento médico aún (conocida como “osteopenia”). A su vez, aquellos pacientes que desarrollen una fractura de cadera, una fractura vertebral espontánea o la fractura de cualquier otro hueso del cuerpo después de un golpe relativamente leve o por un traumatismo mínimo, también son diagnosticados con osteoporosis debido a que esas fracturas se consideran de inmediato como un reflejo de que la densidad ósea ha disminuido.
Ahora bien, como se mencionó anteriormente, la osteoporosis es una condición prevenible. En particular, se ha demostrado que la realización de ejercicios específicos (de “soporte de peso” y “de bajo impacto”) pueden incrementar la calcificación de los huesos, fortaleciéndolos y disminuyendo de manera dramática el riesgo de tener fracturas. Adicionalmente, es muy recomendable mantener un buen consumo de alimentos ricos en vitamina D y calcio, aunque también se pueden obtener mediante suplementos alimenticios. Por último, no podemos dejar de enfatizar la importancia de dejar de fumar y de mantener al mínimo el consumo de alcohol, ya que cualquiera de estas dos actividades pueden ser suficientes para revertir parcial o totalmente los beneficios del ejercicio y la dieta.
Adicional a estas recomendaciones, es prudente llevar a cabo una densitometría ósea en los siguientes casos: (1) cualquier persona que haya tenido una fractura (de cualquier hueso) después de los 50 años, (2) todas las mujeres mayores de 65 años y (3) todos los hombres mayores de 70 años.
Una vez que se haya identificado la aparición de osteoporosis, existen múltiples tratamientos como el consumo de medicamentos por vía oral o también por aplicación intravenosa. Sin embargo, siempre es recomendable que todos estos vayan de la mano de la motivación para realizar los cambios en el estilo de vida pertinentes para reducir los factores de riesgo. Su médico tratante (idealmente, un geriatra o endocrinólogo) podrá elegir el tratamiento y esquema de seguimiento más adecuado para cada paciente.
Sobre la autora
La Dra. Sara Estefanía Solís López es Geriatra certificada, egresada del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y Médico Tratante de Lyptus Medical.
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Fuentes
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